Buscando regalos de Reyes, su mirada se detuvo en una muñeca moteada de polvo que descansaba entre otras mas lustrosas y protegidas por cajas de colores. Vio en la muñeca su propia cara de niña reflejada en porcelana. Hasta a ropita era la misma que llevaba en esa foto infantil que aun conserva. Preguntó su precio y el dependiente, de porte inquietante, contestó: La vendo por 30 ? pero si es para usted...y dijo una cantidad escandalosa. Es el precio de acariciar su propia infancia, añadió.
country49
0 comentarios:
Publicar un comentario