domingo, 8 de enero de 2012

El balcón

Era mayor y estaba ocioso, sentado tras el balcón, al cual se había asomado tantas veces, viendo pasar la vida, situaciones para algunos históricas, el desfile para agasajar al dictador, las posteriores protestas en su contra, las peticiones de democracia, la liberación de presos, el inútil intento de conmover a una banda asesina. Pero ahora ya ni se ponía las gafas, pues veía mal, seguían las protestas, por sentencias judiciales injustas, por escándalos de corrupción. No quería ver el engaño.

Alfred


2 comentarios:

  1. Ese balcón, con sus posibles persianas de madera y su pequeña polea, es un espectador privilegiado: la propia calle, la propia vida, la propia historia.
    Y con sus achaques por la edad sigue ahí confirmando que la vida es un acontecer de hechos que suceden mientras uno hacía simples planes.
    Un abrazo Alfred.

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  2. @AlbadaHa sido espectador y no protagonista de todos los hechos acontecidos delante suyo, y vistos en perspectiva las cosas pueden cambiar de significado en muy poco tiempo. Gracias por leer y comentar. Un abrazo Albada, es un honor.

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