jueves, 26 de enero de 2012

Sueño vital

Tras nuestra noche, despierto sola, envuelta en una bruma impenetrable. Busco tu luz: en la irreconocible densidad sólo adivino el vaporoso reflejo de mis confusos ojos. Rastreo tus susurros: la niebla sólo me devuelve el resonar de mis pasos vacilantes. Mi extravío, desolación y espanto agotan toda mi esperanza y energía. Me vence el sueño.

Y, en sueños, tu etérea presencia me colma y conforta para disipar toda duda, insuflándome nueva vida.

Por mucho que insistan, no volveré a despertar.


2 comentarios:

  1. Un bello micro. Me quedo con el sueño, pero los sueños conforman un submundo que la realidad acota.
    Me encantaría pensar que quiere despertar para perseguir buscar en la realidad el objeto de sentirse colmada.
    Un saludo.

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  2. Gracias por tu comentario, Albada. La realidad no es necesariamente un objetivo absoluto, o más valioso, que lo contrario. Hay quien sólo soñando vive, y, despertando, muere. Un saludo.

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