Arrellanada en el resol, entre la profunda voz que, cual tren en reversa, la devuelve a antiguos amores y los murmullos de voces que ruedan, sin sospecha, por el talud de la historia, escapa lentamente de la apacible tarde, con párpados entrecerrados.
La despierta una fría ráfaga de aire que arrastra la hojarasca. El paseo está desierto, y la luna ilumina su rostro entre raudas nubes, proyectando a sus espaldas una hirsuta figura, que desecha, agitando sus garras, el absurdo sueño dominical.
Befana
Sólo he hecho 1 intento de colocar este relato, pero veo que ha salido repetido. Imagino que el sistema todavía no está a punto.
ResponderEliminar¡Gracias, administrador/a de Relatarium, por eliminar el duplicado de este relato!
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