El hombre enigmático y su maletín esperaban en el cruce. Un anciano de ojos profundos reparó en él y le preguntó:
-¿Qué llevas ahí? Parece que arrastras el peso del mundo-.
La respuesta fue una mirada doliente.
Vaya -añadió el viejo-. Es tu conciencia la que te lastra-.
El hombre enigmático se resolvió y liviano, voló, lanzándose al asfalto. Atrás quedó el maletín supurando indecencia e inmundicia.
-¿Qué llevas ahí? Parece que arrastras el peso del mundo-.
La respuesta fue una mirada doliente.
Vaya -añadió el viejo-. Es tu conciencia la que te lastra-.
El hombre enigmático se resolvió y liviano, voló, lanzándose al asfalto. Atrás quedó el maletín supurando indecencia e inmundicia.
Damadeltablero
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