sábado, 10 de marzo de 2012

Duermevela

Desnuda, sofocada, sudorosa y con agitación en su voz me dijo - ¡hola! Y me sonrió.

Como un ángel caído, pero levantado. Sin alas, pero con fe en su vuelo. Sin máscaras, pero con picardia.

A esa hora del duermevela.

A esa primera luz de la mañana.


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