Queda, en la retirada de la marea, ese suma y sigue de la ecuación inconclusa entre crisoles de sueños. Mientras deshojan margaritas de papel arrugado van amontonando: Un poco más de ausencia y un poco menos de desasosiego.
Unos ceniceros con envoltorios de caramelos.
Una taza colgada para el café frío a media mañana.
Unos pliegues de menos en la sábana y unos crucigramas de más por resolver?hasta que puedan dejar atrás ese aún no ser nada. Ni ella, ni él.
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