jueves, 29 de marzo de 2012

ESCAPADA

Amanecía y el sol nos cubría con un manto de raro bronce. Bajamos juntos el estrecho camino hacia el río abrazados por el frescor de la rivera. Algunos gorriones se movían taciturnos entre las ramas de los mangales, y entre los guayabos en flor el verano ascendía en fáciles peldaños. Me tomó de las manos tembloroso. Nos miramos dulcemente. "No tengas miedo" me susurró al oído. Yo temblaba con mis quince años.Mire hacia atras y dije adios a mis raíces. El destino me esperaba en la otra orilla.


MIRTA


0 comentarios:

Publicar un comentario