viernes, 9 de marzo de 2012

Silencios de plomo

- Y además nos hace daño, dile que no vuelva a hacerlo, anda mamá, porfa.
- Pero ¿Cómo voy a decir al tío Mariano que no se os acerque?
- Es que siempre nos da cachetes y besos babosos.
- No seáis niñas, el tío solo quiere mostraros su cariño, no es más que un pobre anciano sin más familia que nosotros.
- Pero es que…
- Se acabó la bobada, a callar y a sonreír que ahí llega.
Mamá no se enteraba nunca de nada, aquella tarde el viejo asqueroso nos manoseo de nuevo y nosotras nos juramos callar y vengarnos.

desasosegada


2 comentarios:

  1. El tema que tratas es tan duro, que cualquier acercamiento desde la mirada infantil es un alegato a la cordura.
    La paidofilia en el ámbito familiar es más frecuente de lo que la gente cree.
    Que ninguna niña o niña pueda escribir un texto como el tuyo. Jamás.
    un abrazo.

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  2. El micro que nos muestras es como un puñetazo en el estomago, no por sabido es menos doloroso, el abuso de los niños en el ambiente familiar es imperdonable, por qué hay el silencio cómplice.

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