miércoles, 4 de abril de 2012

Tormenta

Se ensombreció todo, los pájaros se callaron, el sol entristecido se ocultó detrás de la luna, la cual desapareció también tras las nubes que iban creciendo por momentos, invadiendo todo el cielo, hasta dejarnos huérfanos de luz.
Las primeras gotas eran de advertencia, gruesas y pesadas, dispersas, ruidosas en su caída libre sobre nuestras cabezas desprotegidas. Luego su unión creando una cortina, que se mantenía enganchada a nuestros cuerpos, nos hizo buscar refugio de nuestras propias miradas.

Alfred


2 comentarios:

  1. Me asomo por la ventana y casi percibo lo que describes. ¡No sabes cómo llueve por aquí!. Pero luego resurge el sol, todo brilla y el olor y el ambiente son maravillosos para pasear...

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