lunes, 4 de junio de 2012

Própositos inaplazables

Aquella mañana, como tantas, me levanté con una terrible resaca, pasé el día dormitando y en vela la noche siguiente.
La lechosa luz que anuncia el día me sorprendió, desvelada y desarmada. Pensé en cambiar de vida; "debo beber menos, buscar trabajo, no fumar y alejarme de los malos colegas"
Me levanté optimista y decidida a intentarlo; ¿pero por donde empezar? ¡Todo estaba tan difícil! para animarme saqué una cervecita y un cigarro y lentamente el día se fue pareciendo a los demás.
desasosegada

2 comentarios:

  1. Dios, qué alegato al círculo vicioso.
    Me encantó.

    Un abrazo

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  2. Te celebro! Me encanta esto: "La lechosa luz que anuncia el día me sorprendió, desvelada y desarmada."

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