miércoles, 12 de septiembre de 2012

Revelaciones marianas

A Julián se le apareció la Virgen una mañana, en la cocina de su pequeño piso, con el habitual despliegue lumínico y sonoro de las apariciones marianas. Le dio un mensaje de paz y amor para toda la Humanidad y le dictó el número que iba a obtener el primer premio de la lotería de Navidad. Pero Julián era ateo y un apóstata irredento. La religión católica siempre le pareció una sarta de mentiras. Se ahorcó horas antes del sorteo, con los números todavía anotados a bolígrafo en su antebrazo.

Hank66


6 comentarios:

  1. los números tatuados en su antebrazo sumaban exactamente 99. El deán de su parroquia le había advertido de que algunas alucinaciones son exteriorizaciones del subconsciente, que con tres avemarías de enconado perdón, podrían devolver la paz del alma mansa.
    Julián se precipitó a su negrura de alma pecadora, pero obtuvo el perdón de la santa Virgen, creo. Si te parece.

    Un abrazo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja, podría ser, podría ser. La verdad es que este cuento me está dando bastantes quebraderos de cabeza, en realidad estoy escribiendo otro con la misma idea básica pero bastante más largo. A ver cómo escapo. De todas maneras, genial tu aportación.
      Un abrazo para ti, y como siempre gracias por leer mis cuentecillos.

      Eliminar
  2. Buen relato aunque, sin ser un consejo (a lo que no me atrevería), quizás la aparición de la Virgen tendría que distanciarse un poco de la puesta en escena de artistas de galas veraniegas. Mejor, tal vez, un sonido suave, parecido a la reverberación de calladas notas de organo, apagas apagadas en la ornamentación lítica de un escenario más acorde con la dignidad y cuidadas formas de la Santisima (aunque sea de Bilbao y aperezca donde le da la gana).
    Al serme dificil imaginar al ateo tomando nota, como quien se intercambia el telefóno movil, imaginaba la venganza divina de un modo que encajaría bien en el final de una peli seri B: al golgarse el apóstata, su peso elonga de manera desigual las fibras que se trenzan en la cuerda, apareciendo el fatídico numero en las menos elásticas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. sobra un "apagas" en el 5º renglón. Sorry.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias por leer el relato. En principio, el cuento es bastante más largo, de hecho estoy trabajando ahora mismo en el mismo, y lo quiero dotar de un componente sarcástico y humorístico. El microrrelato ha sido una especie de esbozo que ha salido con el final trágico que quería darle al relato largo en un inicio. Es posible que la parte que tú comentas debiera ser despojada de ese componente sarcástico que se ha colado casi sin querer. No es mala solución la que apuntas en el último párrafo.
    Muchas gracias por tu análisis, un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Jaja !Pobre Julian! menuda situación la suya... yo, vamos a ser francos, hubiera pospuesto ligeramente mi desencanto esperando al sorteo, que no toca, pues te mueres acordándote de todos los santos de la corte celestial, que toca... pués a disfrutar y a rezar para que se te vuelva a aparecer.

    ResponderEliminar