Párpados cerrados, oídos taponados, mitigadas al mínimo toda percepción táctil, térmica y nociceptiva. El cuerpo, caja hermética donde resuenan y vagan ideas preformadas, trayectos de ángulos y vectores declinantes hacia el reposo y silencio. Nada perturba mi irreal paz interior.
0 comentarios:
Publicar un comentario