miércoles, 26 de junio de 2013

ESPECIALISTAS

ESPECIALISTAS - Cuánto me cuesta ponerme la armadura, me hago viejo, o es que esta hundida por la zona del estómago. -Subió trabajosamente al rocín y oyó que su dama le llamaba. - ¡Esperad Arturo!, debo coser la trabilla de vuestras calzas, descabalgad. - Huy, cariño, ahora no puedo quitarme el arnés porque llegaría retrasado a la batalla de las 10. - Andad, mi rey, que si no a la vuelta oleréis a caballo y además, tengo cita con el psicólogo. - ¿El psicólogo?, no sabía que existiera ese gremio. - Vos le conocisteis en aquella reunión de la mesa redonda, ya sabéis, esa “juerguecita”, que duró una temporada y de la que regresasteis tan descompuesto que no podíais con vuestra espada Excalibur. Me referisteis algo sobre una batalla sangrienta o no sé qué, y hube de asearos. ¡Traíais tufillo…! - No caigo. - Es Merlín, y no disimuléis, que de tanto brindar celebrando aquella victoria con Lancelot llegasteis “guapos” al castillo. - ¡Ah, sí, sí…! -Arturo intentaba zafarse de la conversación y los reproches de Ginebra-. Disculpadme “fermosura”, tengo prisa; oigo la última llamada de trompeta y he partir al campo de batalla.

Ángeles Sánchez Gandarillas ©

1 comentario:

  1. Qué curioso, acababa de introducir mi texto sin leer el tuyo y ahora, cuando me detengo a repasar lo nuevo me doy cuenta de que hablamos de cosas parecidas... me gusta tu relato. Saludos

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