lunes, 29 de julio de 2013

Teoría del Big Bang

Nada sucede por azar, siempre hay fuerzas superiores que nos dirigen, o así lo creí aquella noche encerrado, accidentalmente, con Marta en el establo. Atraídos como planetas fuimos desnudando anillos con la vergüenza del inexperto pero con el atrevimiento del adolescente descubridor de nuevas galaxias. Dibujamos en nuestros cuerpos temblorosos y desnudos trazos de un imaginario mapa estelar del placer y sobre los tallos de paja hundimos posturas y formas que simulaban nebulosas astrales. Nuestros ojos emitían partículas de luz y exhalábamos gemidos que atravesaban la velocidad del sonido. Al amanecer, alguien, en el más allá, debió de escuchar el canto del gallo y la detonación del sexo expandiéndose desde el establo.

Montesinadas

5 comentarios:

  1. Sexo sideral, no sé porque utilizamos la expresión "ver las estrellas" para un golpazo cuanto las estrellas se ven en otras ocasiones con más agrado.
    Un abrazo.

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  2. Viviendo el universo en un establo. Fantástico.

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  3. Gracias a los dos por vuestro comentario y si os gustó me siento muyyy satisfecho.
    Abrazos, os persigo

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  4. Y al terminar el climax supimos que habíamos cruzado un agujero de espacio-tiempo cuando vimos que por la ventana asomaba un brontosaurio y nos aplaudía con las orejas.

    Disculpa esta posdata tan payasa y por favor considérala un homenaje, ya que tu relato me ha parecido poético y ocurrente.

    Un saludo de El Manco

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    Respuestas
    1. Manco que hayas apuntillado el relato es genial, señal que te ha gustado y quieres hacerlo tuyo. Un elogio.
      Muchas gracias-Abrazos

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