miércoles, 23 de octubre de 2013

Fusiones ligeras

En el cuadrilátero inventado, con calzones negro y blanco, se enfrentaban el tú y el yo. Ambos, como simples átomos, en una búsqueda sin brújula de un núcleo más pesado, más denso y de mayor peso atómico.

Cada uno en su rincón escucharon la campana del primer asalto, desde su escala y su visión. Desde su entidad incuestionable y la conciencia real de sus talentos y sus limitaciones.

Los polos opuestos a veces se atraen, sabiendo de antemano que hay bailes de iones donde las suman no suman, pero asumieron el riesgo de la resta.

Los átomos enredados en un puzzle de amor, devinieron en lances de miradas incendiarias, en acercamientos cuerpo a cuerpo, en rendiciones sutiles y en victorias perecederas.

Cuando se produjo la fusión, con la energía liberada, cayeron a la par las toallas blancas al centro del ring.

El sobrecalentamiento del tú y del yo, produjo en las gradas un olor a expectativa inconclusa, un silencio sideral a intento falli do, que no rompió la promesa de nuevos contrincantes que bailaran el son de las fusiones donde alcanzar un empate técnico entre unos egos donde quepan por igual tu tú y mi yo.



Anónimo

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