jueves, 21 de noviembre de 2013

La jaula de oro

!Cuántas veces he acariciado este sueño!

!Me he pasado la vida imaginándolo y por fin ha llegado!

No he descuidado ningún detalle, nada debe empañar mi gloria, por eso me he probado mil veces el vestido y he ensayado el discurso hasta la extenuación.

Escucho mi nombre y me deslizo por la alfombra como una princesa. Incluso me entran ganas de llorar, cosa que naturalmente no me permito.

De vuelta a mi butaca, con la estatuilla en los brazos, pienso en lo precioso que hubiera sido que mi marido compartiera este momento conmigo, pero claro... hace tanto tiempo que no compartimos nada, que hubiera sido paradójico.

Mi padre si, mi padre hubiera disfrutado viéndome triunfar, pero claro con la demencia que tiene era una tontería hacerle venir, lo hubiera complicado todo.

Lo que me ha extrañado es lo de mis amigos... creía que vendrían aunque no fuera más que por presumir de amiga famosa. Es cierto que hace años que no les llamo, pero ello s saben lo complicada que es mi vida.

Miro alrededor y veo como me vitorean un montón de desconocidos a los cuales dirijo una sonrisa encantadora, mientras me pregunto como me las voy a arreglar para seguir viviendo, ahora que ya no me quedan sueños.

desasosegada

1 comentario:

  1. Vivir en el sueño equivocado puede resultar un error, aunque es peor no vivirlo.
    Finalmente aportó a una multitud un gran satisfactor. No por ser extraños dejan de ser alguien.
    Quien no vive para servir, no sirve para vivir.

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