lunes, 14 de abril de 2014

Mis libros



Quiero rendir un homenaje a mis libros.

A aquellos que apilados en el trastero contienen a duras penas oleadas de hadas y princesas que me condujeron de la mano hacia la vida.

A los que me hicieron vivir tórridas pasiones y aventuras disparatadas, que me obligaron a ser pirata, pastora o náufraga.

A ese libro del que rescaté una frágil rosa seca, único testigo de hechos que juré no olvidar, pero que no logro recordar.

A los que me acompañaron en épocas serenas o desesperadas o tristes. A aquellos que me consolaron las largas noches de vigilia hospitalaria.

También al libro que hoy descansa en mi mesilla, esperando la noche para arroparme o a al que aún no existe y que anda bullendo en la cabeza de su futuro autor.

A todos ellos les debo muchas horas de feliz abstracción,

Sin su lectura hoy no sería quien soy, mi pasado hubiera sido más pobre y mi futuro, sin duda, más solitario.



desasosegada

4 comentarios:

  1. Es fácil identificarse con lo que dices, Marga. .Ah, los libros, bendito poso y bendito peso, salvo a la hora de las mudanzas, ja, ja. Un saludo de El Manco..

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  2. Ya veo que vamos dejando nuestras pequeñas colaboraciones en los mismos sitios. Suerte

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  3. ¡Ah si se pudiera donar y recibir libros igual que se dona y recibe sangre! Yo sería un dador y receptor universal. Buena reflexión (desa) sosegada. Saludos

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