martes, 2 de septiembre de 2014

CUENTO CLÁSICO REVISADO BAJO LA LUZ DE LA MODERNIDAD

Primero fue la amenaza de cárcel tras besar al sapo. El argumento de que podía ser su príncipe no le sirvió de nada. El funcionario le advirtió, ensayando una exagerada cara de asco, que se jugaba la libertad si volvía a tocar esa especie protegida. “Son las leyes, son las leyes”. Después la imposibilidad de encontrar perdices; lo más parecido que halló era un sucedáneo deconstruido envasado en jugo de arándanos. También fue heroico saltar las cercas pinchosas que partían el monte en trozos, bajo, otra vez, la amenaza de cárcel por invadir una propiedad privada. Pero esquivó las dificultades (se hizo grande con ellas) y fue al lugar donde su amado debía esperarla, ya transformado en humano. El halcón mensajero había entregado unas instrucciones muy claras. Nada podía fallar. Ella deseaba besarlo sin prisa, con el resplandor de la luna reflejado en sus ojos. Sin embargo, al llegar, resopló de rabia, colocó los brazos en jarra y, mirando el firmamento, comprendió que no iba a ser posible: una impenetrable nube de polución lo encapotaba todo.

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4 comentarios:

  1. Jeje, la realidad se parece raramente a los cuentos, cuando no falla una cosa, falla otra.
    Un saludo.

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  2. Marga, así es, el tema es que siempre hay un "pero". Muchísimas gracias por tus palabras. Un beso!
    http://laideaquetorciolaesquina.blogspot.com.es/

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  3. Pues me parece ingenioso el revisar los cuentos clásicos a la luz de la modernidad como dices. Aunque los cuentos, cuentos son. Saludos.

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  4. Francisco, la idea es explorar nuevos caminos y formas de fomentar el ingenio. Los cuentos ya los conocemos, ahora debemos preguntarnos hasta dónde queremos llegar. Un abrazo.

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