domingo, 26 de octubre de 2014

FUERZA BRUTA

Sólo ceniza y la habitación llena de humo. No puede dejar de fumar uno tras otro. Sus dedos tiemblan y no consigue deshacerse de aquella imagen. Camina de un lado a otro de la estancia vacía sintiéndose ajeno a sí mismo. ¿En qué instante cruzó la línea? No lo sabe, pero sabe que odia sus manos, ésas capaces de apretar tan fuerte.

Concha García Ros

1 comentario:

  1. Impactante título que nos da luz a los lectores sobre las culpas y arrepentimientos de este hombre que ha debido destrozar algo, o peor aún, importante con sus manos. Creo que el único consuelo que les queda a esas manos es llamar a la puerta de la justicia.
    Saludos Concha.

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