viernes, 3 de octubre de 2014

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Egtved y Mysla trabajaban en Sodoma con el equipo de la Damasco Geologic Transnational que realizaba prospecciones en el cercano lago Asfaltites en busca de sal. Resultados preliminares indicaban que el producto podría superar en calidad al que los bárbaros denominaban Maldon Salt. La DGT, encargada del proyecto de viabilidad, había contratado a Egtved y Mysla por su demostrada experiencia en Hallstatt, famosa por sus minas de sal de montaña.

Sodoma los había seducido. Sobre todo el Uabé Club. La cerveza era barata y las sodomitas, bellas, limpias y muy obsequiosas. El día anterior al inicio de las perforaciones, abandonaron el local de madrugada, algo tambaleantes y con prisa por concluir sus cálculos. Egtved debía medir las isoanómalas de gravedad y Mysla las curvas equipotenciales. Otra circunstancia contribuyó al desastre en ciernes, además del efecto adverso de las burbujeantes sodomitas. Olvidando que una montaña no es un lago, introdujeron el valor is otópico de los sulfuros diseminados utilizado en Hallstatt. Los datos incorrectos se cargaron en la perforadora rotativa y cuando ésta sopleteó, indujo la descarga del terreno, provocando que Sodoma saltara por los aires.



Somnus Tuus

2 comentarios:

  1. Y es que la historia siempre se repite. Bien trovado, aunque -sin quitarte mérito- tratándose de Sodoma falta la sodomía. Esperamos la entrega de Gomorra.

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    1. Estimado anónimo:

      Espero que la entrega de Gomorra, que puedes leer un poco más arriba, sea de tu agrado. Como comprobarás, he hecho caso a tu sugerencia sobre Sodoma.

      Muchas gracias por tus palabras.

      Un saludo.

      Somnus Tuus

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