jueves, 29 de enero de 2015

Esto no hay quien lo arregle

No creo que pueda pedirse mucho más para ser un lunes por la tarde, pensó al observar su obra.

El martes anduvo cacharreando con el firmamento. Y así pasó la semana; ordenando universo hasta convertirlo en un hogar.

Luego, vanidoso, creó al hombre y la mujer a su semejanza y después de contemplar con legítimo orgullo su obra, descansó.

Y nos dejó solos con este marrón. A falta de orden divino tuvimos que conformarnos con uno humano pero, la verdad, no tuvimos suerte.

Así que aquí estamos, atrapados entre la consternación y es estupor, esperando que, a falta de perspectivas más halagüeñas, vuelva y reponga, si puede, el orden en este caos.



desasosegada

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