viernes, 11 de diciembre de 2015

Un mal día

No estaban mal alineados los astros.
No era 13, ni martes.
Pero que ese no fue su mejor día pudieron corroborarlo su mujer, sus compañeros, los médicos de urgencias e incluso Truman, su perro.
El despertador sonó tarde así que se levantó con un humor de perros y una paciencia de gatos.
Con las prisas derramó el café y oyó a su mujer murmurar “pero mira que es patoso”. Exasperado se puso el abrigo gritando “tú siempre ayudando” y dio un portazo que hizo temblar los cristales.
Llegó tarde a la reunión de la Junta General pero con tiempo suficiente para oir como daban la enhorabuena a su compañero por un trabajo que había hecho él en su totalidad. Como no fue capaz de rechistar en el momento, tuvo que conformarse con susurrarle con rabia “eres un trepa de mierda”
A estas alturas, el día no tenía enmienda, pero pensó que un buen paseo por el parque con Truman le relajaría.
El crac de una rama al cascar, que precedió al tremendo golpazo en la cabeza, le sorprendió pensando “vaya día que llevo, imposible empeorarlo” por desgracia se equivocaba.

desasosegada

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