Hoy te leí febril.
Dejé salir mi respiración por un rato.
Pero se cansó pronto.
Acostumbrada a la gripe fatigada de mis piernas.
Y acostado en la hierba soñamos juntos buscando nubes.
La que parecía un tubo de recta serpiente gateando por el mar.
La que entre árboles del bosque infinito se apareaba con abejas sin pudor.
La de la cinta celeste que envolvía el regalo prometido.
La del ángel de cabello ondulado sin alas.
Y la que a punto de caer en lluvia estaba.
Allí tus lemas se hicieron presentes, tus voces en mis oídos jugaron.
Contundente y rotunda apareciste, con la sonrisa de haber ganado mi alma,
Hasta que por fín mis brazos te rodearon.
Dejando que la salvaje noche… nos durmiera en calma.
EMILIO
Espacio de creación de microrrelatos,
cuentos cortos y otras formas de
literatura breve, al acceso de cualquiera.
sábado, 25 de noviembre de 2017
jueves, 23 de noviembre de 2017
Llueve de nuevo
(Inspirado en NATURALEZA HÚMEDA,
DE EMILIO BARREIRO)
Me fascina que vuelve a llover
Que el cielo se abra en esquirlas de agua.
Mientras miro, de este lado del cristal.
Cierro los ojos y recuerdo otras lluvias
De otros lares y de otros otoños
En los que una lluvia redentora nos unió,
Y me aferro a una gota que zigzaguea, transparente,
A esa imagen de tu huida hacia la playa
Bajo la primera tormenta que nos rompió.
Y no quiero saber dónde andarás,
Ni qué charcos ni barros te hayan visto
Pasear del brazo de una mujer que no soy yo.
Ahora que los días son tan cortos
Y resultan tan largos los olvidos
El otoño, con las primeras lluvias,
Me deja escuchando, entre Las gotas,
Cada una de tus caricias, y de mis latidos
Gracias Emilio.
Albada
DE EMILIO BARREIRO)
Me fascina que vuelve a llover
Que el cielo se abra en esquirlas de agua.
Mientras miro, de este lado del cristal.
Cierro los ojos y recuerdo otras lluvias
De otros lares y de otros otoños
En los que una lluvia redentora nos unió,
Y me aferro a una gota que zigzaguea, transparente,
A esa imagen de tu huida hacia la playa
Bajo la primera tormenta que nos rompió.
Y no quiero saber dónde andarás,
Ni qué charcos ni barros te hayan visto
Pasear del brazo de una mujer que no soy yo.
Ahora que los días son tan cortos
Y resultan tan largos los olvidos
El otoño, con las primeras lluvias,
Me deja escuchando, entre Las gotas,
Cada una de tus caricias, y de mis latidos
Gracias Emilio.
Albada
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