jueves, 23 de septiembre de 2010

celos

La abeja reina subyuga con su olor, a sabiendas que está fértil. Los elegidos son pocos, el espacio menor y demasiados candidatos.
Yo sigo en espera, mi reina no aparece y el tiempo escasea. Estoy hecho de fuego y necesito templarme. Todavía son las seis de la tarde...

veintiuno.


2 comentarios:

  1. Hay algo paradójico en el cuento. Por un lado ardor, impaciencia, pasión y por otro eso de "todavía son las seis de la tarde" que suena tan cotidiano.

    ResponderEliminar
  2. @josé javier .... y no llega. La parábola de la abeja reina es la que utiliza el micro para describir a su pareja, el piensa que todos se agolpan para copularla. Los celos lo tienen encendido, el sabe que tiene que tranquilizarse y solo son las seis de la tarde, ¿que pasará hasta la noche?.

    ResponderEliminar