Hipnotizado por los chasquidos de dolor de la madera,las lenguas de fuego lamían sus recuerdos. Su frágil y expoliada memoria recobraba juventud y riqueza...el pueblo, las frías noches de invierno al abrigo de una hoguera con el vino de la cosecha pasada,las fiestas amenizadas por las castañuelas de las muchachas que con sus bailes, subían la temperatura de su cuerpo. Allí estaba ella, con sus mejillas sonrosadas, sus pícaros ojos y sus ágiles movimientos; la misma que ahora le hablaba sin nombre.
Vanadis
El fuego le hizo recordar tiempos pasados. Que queda de aquella moza llena de vida. Un viaje en el tiempo al calor del fuego.
ResponderEliminarLos sueños también envejecen, y a la luz del fuego brillan las arrugas y duelen como recuerdos. Muy bonito, me he visto ahí, extendiendo mis manos para sentir el calor de las llamas, mirándola.
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