Blandiendo una leve esperanza, casi difuminada por la acumulación de polvo reseco y restos de fragorosas batallas, se encaminó hacia la última puerta, aquélla que le debería dar acceso al vacío más espeso o a una nueva oportunidad de redención.
No pudo salir de dudas.
Una vez más, había olvidado las llaves.
Cronopio
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