Le vi fumando con delectación, apoyado en su moto.
Y recordé...
Fue novio de una amiga y recuerdo que presumía orgullosa de haberle cambiado: le había convertido en un hombre tranquilo y casero, incluso había dejado de fumar.
Sólo dejamos huellas en el mar, no podemos, no debemos intentar cambiar a los demás, nuestra única opción es aceptarlos y amarlos. Punto.
Por eso cuando tu madre me dijo "cada día te pareces más a mi exnuera" supe que había llegado el momento de dejarte.
desasosegada
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« L’enfer c’est les Autres » escribió Jean Paul Sartre, cual traducción es “El infierno son los otros”
ResponderEliminarPero sin los otros no somos nadie.. ¿entonces?
¿El Otro, con todas sus diferencias es tan aterrorizante que más vale que nos parezca cuanto más, no?
Por lo menos, para sentirnos un poco más tranquilos frente a tanta diferencia y en el fondo, frente a tanta autonomía y libertad presunta.
Verdaderamente me encanta que a menudo introduzca el mar en vuestros relatos. Es como una borrasca de aire fresco cuando leyendo, me atropello con esa palabra.
No dude en seguir!
Muchas gracias. marga.
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