El sol hiere el cristal. Las persianas no pueden corregir la aurora de una noche que no quiere dar por terminada. El sueño era muy hermoso.
Tapándose la cara con la sábana quiso recuperarlo pero no pudo.
Se levanta serena. La metamorfosis había sido larga. En la caja de zapatos como oruga devoró hojas de morera de forma implacable, de forma metódica y mordisco a mordisco. Girando ante su hilo de seda construyó un capullo que en el sueño acababa de abrir.
Despierta ...abrió las alas. Por una vez
Albada
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Tapándose la cara con la sábana quiso recuperarlo pero no pudo.
Se levanta serena. La metamorfosis había sido larga. En la caja de zapatos como oruga devoró hojas de morera de forma implacable, de forma metódica y mordisco a mordisco. Girando ante su hilo de seda construyó un capullo que en el sueño acababa de abrir.
Despierta ...abrió las alas. Por una vez
Albada
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…y se lanzó a volar buscando los caminos de la luz para llegar, por fin, el aire libre. Había soñado que volaba. Ahora estaba volando aunque a ratos, le hubiera gustado volver a la seguridad de su hilo de seda protector y a sus hojas de morera. Pero las alas le pertenecían, ya, para siempre, y tendrá que seguir volando, entre la tierra y el sol, hasta el final. :)
ResponderEliminarUna verdadera metamorfosis de la oruga, a la crisalida y a mariposa.
ResponderEliminarPena que abriera las alas solo por una vez.