Sentía curiosidad aunque el miedo que solía experimentar ante los desconocidos no hacía su aparición. Tal vez porque se creía protegido en su cama.
-¿Quieres que te deje ver lo que hay dentro? -susurró el hombre, agitando el saco aún cerrado.
El niño asintió con la cabeza, ignorante de que todas y cada una de las pesadillas de su madre se retorcían en el interior de aquella cárcel de esparto. montse
-¿Quieres que te deje ver lo que hay dentro? -susurró el hombre, agitando el saco aún cerrado.
El niño asintió con la cabeza, ignorante de que todas y cada una de las pesadillas de su madre se retorcían en el interior de aquella cárcel de esparto. montse
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