Los sones del piano del vecino del piso inferior entraban por la ventana de la cocina, a los acordes de una sonata de Albinoni no podía negarme, apague la radio donde me contaban lo que no quería saber y escuché mientras los aromas del orégano realzaban la salsa de tomate que estaba preparando, lo cual me llevo a una extraña asociación de ideas, me veía como un capò, disfrutando de un día en familia, en el cual me empeñaba en cocinar para los míos,mientras estos aprovechaban para dejarme solo. Alfred
La radio acompaña mucho en la cocina, sobre todo cuando se prepara la comida en solitario para la familia.
ResponderEliminarLa asociación con un capo siciliano se me resiste un poco, pero me parece bien.
Un abrazo
Imagen familiar de un mafioso sensible a la música abandonado por los suyos.
EliminarGenial asociación de ideas.
ResponderEliminarGracias Pilar, una cocina da para mucho.
EliminarMúsica, olores, comida... todos los sentidos en marcha.
ResponderEliminary un halo funerario observándolo todo. Un saludo marga.
EliminarTenía, por inevitables prejuicios, asociados los mafiosos a la ópera italiana. La transcripción a piano de una sonata de Albinoni me hace conocer algo nuevo.
ResponderEliminarFelicidades por un relato tan sugerente y original.
Lo de la ópera se me hacía demasiado obvio. Un saludo ortiguense.
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