En el preciso instante en se abrió el libro por la página buscada, ya había reunido en su mano izquierda cinco dudas, dos certezas y una esperanza marchita. Contuvo el aliento unos instantes, miró de refilón, confirmó que la página seguía siendo la 254 y que, en efecto, se había apeado del argumento.
El tomo de otro libro cualquiera la invitó a entrar.
Albada
El tomo de otro libro cualquiera la invitó a entrar.
Albada
Dejo el punto, marcando la página y empezó a buscar un argumento alternativo, en un libro que se ofreció gozoso.
ResponderEliminarSencillez y maestría. Un placer leerte, Aldaba.
ResponderEliminarAlfred y damadeltablero...gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Comenzó el otro libro y pronto se apeó del argumento de su vida. La trama le resultaba mucho más interesante que sus dudas e incluso sus certezas.
ResponderEliminarBuen micro, Albada.
Esos libros que te atrapan suelen resultar sin duda más interesantes que la propia vida.
EliminarComo sólo tenemos una (que yo sepa), y de un único color y título en el lomo, veo imprescindible leerla cuidadosamente, sin saltarse una sola página.
Y disfrutar de cada párrafo, de cada palabra , de cada letra y de cada silencio.
Un abrazo.