Como recurso desesperado, antes de asumir todas esas dolorosas certezas, regresamos al lugar preciso en que se cruzaron nuestros puntos cardinales aquella primera vez. Repetimos los mismos movimientos, las mismas palabras, casi calcamos los gestos... buscamos, entregados, la descarga de corriente alterna que nos fulminó en un instante. Nos miramos en silencio, esperamos la señal, pero nada sucede... Hemos sido definitivamente derrotados por el peso del tiempo. Cronopio
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ResponderEliminarRico fluir!
ResponderEliminarHay pasos del tiempo que parecen ser imposibles de despegar de las suelas de los relojes.
EliminarMe suena cargado de melancolía. Aunque suene de forma tan bella.
Un abrazo.
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EliminarMe intriga saber que hay de "fluido" en una reconstrucción cuasiforense. Podría usted hacerlo comprensible a mayorías más amplias.
EliminarGracias.
Estremecedor.
ResponderEliminarA veces el sentir no se quita ni con agua hirviendo. Pero cuando se ha evaporao por si mismo, ya no se puede volver atrás.
Como ocurre a veces con las re-lecturas de los libros o las visiones de películas que nos marcaron en su momento, el tiempo casi nunca coincide con el espacio (o viceversa) y mucho menos con las vivencias que se tatuaron casi sin querer en nuestras almas. Pero una derrota permite comenzar de cero y levantar un edificio donde antes sólo había cascotes.
ResponderEliminarUn abrazo
country49