Al fín se le presentó a Gino la oportunidad de ensamblar sus dos grandes pasiones: El fútbol y el sexo, este último materializado en Ornella, con la que pretendía intimar más PROFUNDAMENTE. Adecentó su loft, preparó una mesa romántica, incluyendo champán francés. Cuando comenzó el partido, él la arropó con sus brazos hasta que el primer gol le hizo dar un respingo. ¡Mierda!, exclamó. Los goles fueron cayendo uno tras otro y al confirmarse la derrota, Gino agregó: ¡Tengo sueño, nos vemos mañana! country49
Bueno, por lo menos no se acabaron casando de penalti...
ResponderEliminarYa sabes las reacciones de estos italianos. Gino tenía no esperanza, sino fé absoluta de que el partido se resolvería fácilmente a favor de su selección. Es más, pensaba celebrar cada gol de Italia en un frenético ataque a la débil defensa que opondría Ornella.
EliminarSaludos de falta directa
country 49
Gino era poco realista, si esperaba otra cosa. De todos modos, yo diría que, en realidad, con frecuencia se da un proceso de compensación. Es decir, si una cosa no funciona, se intenta otra, sobre todo si se tiene a mano.
ResponderEliminarPor otro lado, ¿cuál fue la postura de Ornella?
Dicen las afiladas lenguas que a Ornella se la suele ver merodeando por los entrenamientos de La Roja, haciendo morisquetas y cucamonas a los jugadores españoles, sobre todo a Iker Casillas y a Gerard Piqué, portando una lentillas "Sara Carbonero" y una faldita "Waka-Waka" modelo Shakira.
EliminarSaludos
country49
Si no que casaron de penalti, a ver si es que además estaban en fuera de juego...
ResponderEliminarEn serio, un texto estupendo.
Un abrazo country49
A ver si estaban además en fuera de juego...es broma.
ResponderEliminarUn texto muy risueño.
Un abrazo country49.
Lo último que se sabe de GIno es que ha cerrado la pizzería que regentaba y que acaba de abrir una tortillería - gazpachería en plena plaza España de Roma
EliminarUn abrazo
country49