viernes, 14 de septiembre de 2012

Hobby

Cuando le llegó la jubilación, todos le felicitaban, y le deseaban toda suerte de parabienes, envidiando su condición, sin saber que el mundo se le caía encima, desolado ante la falta de una actividad programada, él que todo lo tenía devidamente mesurado.
Siguiendo las indicaciones de su mujer, se preocupó de buscarse un hobby, que le mantuviera ocupado, gran parte del día.
Así se hizo asesino en serie de gente descarriada, a la que invitaba a merendar, unas fabulosas tartas que hacía el mismo.

Alfred


2 comentarios:

  1. No quiero preguntar por la opinión de la esposa ante esas invitaciones, ni por la logística posterior a esas macabras aficiones adquiridas.

    Un hobby un poco tétrico, pero la idea de tu texto me ha gustado, y mucho.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. La buena mujer estaba encanta en ver a su marido tan ocupado, y con una actividad tan loable como era ocuparse de gente desafortunada.
      Un abrazo.

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