Un ácaro visto al microscopio es un ser verdaderamente repugnante… excepto para una ácara. El de nuestra historia era un magnífico ejemplar de quinientas micras cuya hembra –llamémosla Elsa- habría sido la más feliz de las arácnidas si no fuese por los celos. Willy –llamemos así a su galán- saboreaba con soñadora fruición las partículas que desprendía la nacarada piel de otra hembra: la bella usuaria humana del colchón en que ambos habitaban. A Willy, que siempre había sido megalómano y pretencioso, le consumía este amor disparatado e imposible. Pero entre las hembras acáridas funciona una solidaridad inquebrantable, y no hay piel humana que resista a medio millón de ácaras segregando desechos a destajo. Así que la bella rival sufrió una feroz urticaria y el colchón de Elsa y Willy acabó en el vertedero municipal. Allí finalizaron sus días, consumidos ella de amor, él de nostalgia y ambos de inanición.
El Manco del Espanto
El Manco del Espanto
Me ha encantado.
ResponderEliminarNo hay mundo en el que no funcione la atracción, ni los celos, ni la envidia, etc... así que ajo y agua, no hay reducto en el que refugiarse.
Un beso.
Qué me vas a decir a mí, si precisamente el relato es autobiográfico, yo era ese ácaro en mi anterior reencarnación. Y no te creas que la cosa ha mejorado mucho... bueno, sí, la comida es mejor, me mola esto de ser omnívoro. Ah, y por fin he catado a placer las hembras humanas. Hummmmmm... A veces mi novia me acusa de roerle las carnes, yo disimulo y digo que es la pura pasión... Gajes de la reencarnación.
ResponderEliminarGracias, Marga, qué sería sin ti de nuestra autoestima de escritorcetes. Otro beso para ti.
El Manco
Tu bestiario es muy variopinto, así como tu ingenio para animarnos con simpáticas historietas.
ResponderEliminarSaludos variados de Muskita, alérgica a los ácaros, por cierto.
Hago lo que puedo, la verdad es que los animales dan mucho juego. Yo los ácaros ni fu ni fa, pero en cambio debe de ser delicioso que a uno le pique una muskita.
ResponderEliminarBesos (sin aguijón) del Manco.
Yo soy de mordisquitos, no de picaduras, una es muy de gatos, de felinos en general. Muskita es por mi gata Muska. Me falta la pantera, La fierecilla de mi niña, para cuando tenga jardín.
Eliminar¡Qué jaqueca más insufrible y la casa aún por barrer! Te animo a sacar algún personaje tipo curandero charlatán que me done la píldora.
Miaaaaau
Uy, mordisquitos, mejor que mejor! En eso coincido, aunque no sé si los míos son más tirando a caninos. En todo caso juguetones, aunque alguna vez se me va un poco la mano, digo el colmillo. También subí un relato sobre vampiros, ¿te acuerdas?
ResponderEliminarNo sé si me saldrá un relato con curandero, yo creo que va a ser con detective, que también te puede investigar la causa de la jaqueca. Y con acertijo literario, como otro reciente. ¿Juegas?
¡¡¡ ÑAM !!!
El Manco.
Yes, I do.
EliminarAdelante, Manco. Contigo y por ti hasta el infinito.
Tu incondicional felina
Lo que queráis pero a mí, me habéis jodido pero bien, no hago más que rascarme, ¡agg!
ResponderEliminarGracias El Manco, muy agradecido majete.
De nada ¡Ras, ras!
EliminarEl Manco
Si me permites...Vosotros, los diminutos, que no microscópicos, y vuestro mundo de colchones con manchurrones de quién sabe que humores.
ResponderEliminarYo, como garrapata, arácnida también, vivo muy tranquila, esperando que el calor de un ser vivo, mamífero por tanto, se acerque y me dejo caer sobre su pelo o piel.
Un pequeño, diminuto mordiquito y me alimento, engordando feliz, dulce y caprichosa.
Te dejo, que se acerca por este arbusto una niña con coletas. Y con un perro!. :-)
Un saludo. Fdo garrapata feliz