La mujer nunca comprendió por qué aquel asno podrido le provocaba ternura. Tampoco se lo preguntó nunca.
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La abuela le contó a su nieta, en los albores de su muerte, que cuando vio quitarse el guante a aquella hembra sintió un placer desconocido hasta entonces, como si hubiera descubierto que su vida de mujer tenía sentido.
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El hombre se sintió vergonzosamente identificado con la mujer de la pantalla cuando la vio renunciar a sí misma, a su amor, por favorecer la vida de sus hijos.
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Una mujer contemplando una película de acción es un contrasentido. La mujer es la acción.
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Ella ha inventado un nuevo género: el cine sin muerte. Nadie quiere participar en sus películas, les parece que traen mala suerte.
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Gran parte del erotismo femenino quedó prendido en el humo de un cigarrillo que una hermosa mujer fumaba mirando a su amante, o a su rival, o a su asesino. El resto ya es pornografía.
Alfonso Blanco Martín
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La abuela le contó a su nieta, en los albores de su muerte, que cuando vio quitarse el guante a aquella hembra sintió un placer desconocido hasta entonces, como si hubiera descubierto que su vida de mujer tenía sentido.
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El hombre se sintió vergonzosamente identificado con la mujer de la pantalla cuando la vio renunciar a sí misma, a su amor, por favorecer la vida de sus hijos.
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Una mujer contemplando una película de acción es un contrasentido. La mujer es la acción.
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Ella ha inventado un nuevo género: el cine sin muerte. Nadie quiere participar en sus películas, les parece que traen mala suerte.
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Gran parte del erotismo femenino quedó prendido en el humo de un cigarrillo que una hermosa mujer fumaba mirando a su amante, o a su rival, o a su asesino. El resto ya es pornografía.
Alfonso Blanco Martín
Gracias por tu póstumo homenaje.
ResponderEliminarRita Hayworth
Rita, no me esperaba tu comentario. Para mi es una alegría enorme saber de ti.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Alfonso.
Enorme poder de evocación el tuyo, ya que me coloco inmediatamente en la butaca.
ResponderEliminarUn saludo.
Marga, me alegra mucho que haya conseguido evocarte y colocarte ante la pantalla. El cine auténtico puede ser de lo más evocador.
ResponderEliminarGracias y saludos.
Alfonso.