Su conciencia no podría soportarlo más tiempo. Su marido debía encontrar las palabras exactas para desvelar la última aventura pero, estaba como paralizado y no encontraba en el manual de empatía nada que le ayudara a confesar su nueva infidelidad.
Ella, sabía que tenía derecho al olvido pero, quería escuchar de su boca la verdad, aun a riesgo de quedar convertida en estatua de sal.
Entre tantos candados colgados de El Pont des Arts, encontraron un hueco donde podrían cerrar el suyo y sellar eternamente sus secretos, pero prefirió marcharse dejándolo esposado sobre el Sena.
Montesinadas
Ella, sabía que tenía derecho al olvido pero, quería escuchar de su boca la verdad, aun a riesgo de quedar convertida en estatua de sal.
Entre tantos candados colgados de El Pont des Arts, encontraron un hueco donde podrían cerrar el suyo y sellar eternamente sus secretos, pero prefirió marcharse dejándolo esposado sobre el Sena.
Montesinadas
Esos candados siempre me hacen imaginar en que se habrán convertido tantas promesas de amor eterno... podríamos escribir cientos de historias sobre esos personajes.
ResponderEliminarFelices fiestas monte, un abrazo.
Gracias marga. Besotes
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