lunes, 16 de diciembre de 2013

Comienzo sugerente

Cuando conocí a Nicolás fue porque le recogí del suelo, estaba tendido durmiendo en las vías del tramo clausurado entre Ocejín y Piñuelas , lo primero que hice fue darle de beber, tenía sed, los labios resecos, el sol había quemado su cara y me miraba perplejo, sin poder creer que esta vez tampoco había muerto. Al caer la tarde, sentados junto al fuego, me relató sus intentos fallidos de quitarse la vida; eligió estrellarse con un viejo automóvil negro que robó en la funeraria del pueblo, lo más que consiguió fue un arañazo en la frente que le causó una rama del árbol contra el que fue a parar, otra vez decidió lanzarse desde el campanario cayendo en un carro cargado de alfalfa que pasaba por allí en ese preciso momento, ahora había pensado en el tren, que no pasa por allí hace años, para acabar con su vida.



Carmine

4 comentarios:

  1. Poco después me enteré de que, tomando esos intentos fallidos como una señal de la providencia, se compró una casa nueva, se casó e hizo planes de futuro. Fue entonces cuando, yendo en su coche con su amada, un tren les embistió en un paso a nivel lanzándolos contra una torre campanario, doble colisión que les produjo la muerte instantánea. Y es que la providencia, aparte de no haber sido nunca muy fiable, se gasta a veces un sentido del humor que deja bastante que desear. Y encima es un poco celosilla.

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  2. Que vamos a salir de aquí todos, eso no hay quien lo dude, la duda radica en el orden...
    Un saludo.

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    1. Intentaremos disfrutar de lo que se pueda mientras dure nuestra presencia en este antro a veces, paraíso otras..., un abrazo.

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