Aunque la mañana es aún cálida, el color dorado que reina en el parque me llena de pesadumbre.
Resignada, cargando con mi pesada cartera recien estrenada avanzo hacia el sobrio edificio que nos espera con las puertas abiertas de par en par.
Desde todas las direcciones veo llegar presurosos a mis compañeros, perfectamente peinados y uniformados, listos para empezar el nuevo curso que se presume; largo, difícil y tedioso.
¡Que pena! Atrás queda un verano lleno de amigos y juegos, de baños y paseos; se extienden ante nosotros meses de largas sentadas escuchando peroratas interminables sobre temas aburridísimos que casi nunca logran interesarme.
En fin…para que vamos a darle más vueltas. ¡Valor!... entro y ocupo mi escaño, hoy da comienzo el periodo ordinario de sesiones del congreso de los diputados.
desasosegada
Resignada, cargando con mi pesada cartera recien estrenada avanzo hacia el sobrio edificio que nos espera con las puertas abiertas de par en par.
Desde todas las direcciones veo llegar presurosos a mis compañeros, perfectamente peinados y uniformados, listos para empezar el nuevo curso que se presume; largo, difícil y tedioso.
¡Que pena! Atrás queda un verano lleno de amigos y juegos, de baños y paseos; se extienden ante nosotros meses de largas sentadas escuchando peroratas interminables sobre temas aburridísimos que casi nunca logran interesarme.
En fin…para que vamos a darle más vueltas. ¡Valor!... entro y ocupo mi escaño, hoy da comienzo el periodo ordinario de sesiones del congreso de los diputados.
desasosegada
Marga, el paralelismo es gracioso y el final sorprendente, de los de respingo y sonrisa. Pero ya quisieran los escolares poder hacer las pellas que hacen sus señorías, tener sus largos fines de semana, sus pagas (se comprarían toneladas de chuches), sus dietas, chollos y demás. Por frondosa que sea la imaginación infantil no da para tanto.
ResponderEliminarSaludos de El Manco y ánimo con la vuelta al trabajo.
Es verdad. pobres escolares, ellos no pueden escaquearse tan facilmente como sus señorías.
EliminarSaludos manco.
Enfermante paralelismo con la realidad.
ResponderEliminarEl paralelismo se estableció sólo, leí en el periódico ambas noticias y me parecieron la misma, jeje.
EliminarUn saludo.
¡Y encima ya quisieran los niños apretar un botón, de vez en cuando, y sentirse importantes! Muy bueno.
ResponderEliminarMarga, tu paralelismo me parece una magnifica metáfora de muchos de nuestros miedos. La ironía de esta escena, nos enfrenta a una realidad existe y no hacemos nada por solventarla. ¿Acaso dejamos a nuestros hijos hacer todo lo que les viene en gana? pues eso, no perdamos la memoria el día que decidimos el futuro en manos de estos niños grandes mal criados...
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