lunes, 27 de septiembre de 2010

Cortesía

¿Puedo ayudarle? Le pregunté a la anciana que tiraba de la enorme maleta hacia el ascensor. Ella asintió sin mirarme. Iba a insistir, pero ella se alejaba, abandonando su carga. La abrí con facilidad y reconocí enseguida al cadáver doblado en el interior. Era mi esposa.

Heartguitar

2 comentarios:

  1. No sé si por la sorpresa o por qué releches este tipo de micros, aún siendo terroríficos, te dibujan una sonrisa. Genial

    ResponderEliminar
  2. Duro, pero bueno.

    ResponderEliminar