¿Puedo ayudarle? Le pregunté a la anciana que tiraba de la enorme maleta hacia el ascensor. Ella asintió sin mirarme. Iba a insistir, pero ella se alejaba, abandonando su carga. La abrí con facilidad y reconocí enseguida al cadáver doblado en el interior. Era mi esposa.
Heartguitar
No sé si por la sorpresa o por qué releches este tipo de micros, aún siendo terroríficos, te dibujan una sonrisa. Genial
ResponderEliminarDuro, pero bueno.
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