lunes, 27 de septiembre de 2010

Extinción

Era políglota con todos los seres vivos e inertes de su entorno a pesar de que no leía y apenas escribía su nombre y los números. Todos excepto el ocho, siempre se negó. Nunca supimos porqué. Cada marzo, una mirada al aire, un surco en la tierra con la puntera de su alpargata y sabía llegado el momento de resucitar el huerto. Cocía unas patatas con cuatro hierbas, las salpimentaba y las convertía en objeto de veneración. Hablaba poco y reía mucho. Murió el 8 de Agosto de 2008.

Rodia


1 comentario:

  1. Cada vez quedan menos espacios naturales, rurales, y cada vez perdemos ese lenguaje, y no solo ese sino el habitual también, con menos palabras, ya con signos. Quizás vivamos un retroceso en lo que se llama evolución y acabemos gruñendo como en las cavernas.

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