martes, 28 de septiembre de 2010

Preguntas en un instante de cordura

¿Quién te sugirió que el amor debía ser así? ¿Cuánto tiempo más aguantarás sin reaccionar? ¿Dónde te ocultas cuando te miras? ¿Cómo toleras respirar cada día este aire envenenado de desprecio? ¿Por qué soportas estas torturas que lastiman tu ya malogrado cuerpo y tu autoestima? ¿Cuándo me abandonarás?

Saryle


4 comentarios:

  1. Un relato muy lúcido Sara. Todo queda en uno mismo. Un ataque de sinceridad y valor.

    ResponderEliminar
  2. Me ha gustado, me ha gustado esa sorpresa final. La dualidad, la viva y vital incoherencia del reproche.

    ResponderEliminar
  3. Pensé que la cordura del maltratador no es el arrepentimiento o las disculpas (forman parte del juego) sino darse cuenta que no puede cambiar su conducta, pero sí alejar de su lado a su víctima. Los instantes de cordura se dan muchas veces, pero para lograr un verdadero cambio hace falta más que un instante.

    ResponderEliminar
  4. Me gusta que pienses bien hasta de un maltratador. A mi entender la cordura no existe en su conducta ni en su vocabulario. Pero el relato es fantástico. Enhorabuena.

    ResponderEliminar