Aunque creas que sigo barriendo los rincones de la derrota y recitando penurias por las esquinas, estoy decidido a dar un torpe salto mortal, para, de un momento a otro, empezar a reparar los destrozos causados por mi fea costumbre de no saber pararme en el umbral y entrar cada noche en una cacharrería.
Cronopio
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