sábado, 2 de octubre de 2010

Emancipado

Abandono tu casa siguiendo mis propios pasos. Llegué a ti como siempre, tirando del cordón que nos unía. Me lo encontré hecho un ovillo, enredado en tu corazón. Lo corté. No sólo con palabras afiladas cercené nuestra relación. Ya no tendré que volver, humillado, a pedirte disculpas. Y tú ya no podrás fingir que me perdonas. La reconciliación sólo será con mi conciencia.

Saryle


2 comentarios:

  1. Liberación final, pero......... ¿Se es feliz, más, menos, igual...?

    ResponderEliminar
  2. Respira rabia, decisión y sobre todo, libertad. Me gusta, saryle, sobre todo, por la primera y la última frase.

    ResponderEliminar