martes, 5 de octubre de 2010

Intuición acomplejada de madrugada (Eunuco)

La luz azul de la madrugada se deslizó entre mis dedos y acabó perdiéndose en su curva escondida. Cuando el placer cesó descubrí que la princesa dormida y desnuda había contagiado mis cigarros con su sabor. No logré conciliar el sueño así que me vestí y salí en silencio con ganas de escribir en una servilleta un poema con mi número. Me lo impidió la intuición de que mis versos le resultarían tan anticuados como el que la llamara “princesa” y mi número un souvenir anónimo de carácter accidental.

4 comentarios:

  1. Vaya, caballero, veo que sigue usted con la tecla poeticoromántica aunque cambie de registro (y eso que no hay luna). Encuentro muy bueno el resultado, también me gusta.

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  2. Eunuco, la mayoría de variantes están en nuestra cabeza. Solo se equivoca el que las suelta sin miedo a perder lo que nunca fue ganado. Es bueno.

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  3. @veintiuno
    Cierto es veintiuno, una sabia lección que olvidamos demasiado a menudo. Gracias por tu lectura.

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  4. @mirina
    Gracias mirina, la luna siempre estará por ahí en algún lugar Inalcanzable para alterar nuestra marea interna aunque es cierto que parece sacudirnos a algunos con más fuerza ;-)

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