Mi alma es más vieja que el tiempo y más joven que mi cuerpo. Sabia y de verdades infalibles, responde a mis requerimientos continuos de paliar mi ignorancia dándome pistas que mi ego convierte en "intuición" para no aceptar que la sabiduría existe más allá de él.
Me gusta el principio, poético y "metafísico" (¿patafísico?), pero el final... lo siento, se me escapa un poco, saryle, ¿Dijo su nombre por el auricular convencid@ por su ego de que era él y no lo era? Si es así, llego a esta conclusión después de más de una lectura.
ResponderEliminarEstás en lo cierto, mirina. Tu conclusión es acertada y ahora que lo releo, a mi también me habría costado entenderlo. Lo reescribiré...
ResponderEliminarPues yo estoy perdidísimo, creo entender que el alma es "reencarnable", de ahí su vejez, y que a cada nuevo portador le va dando respuestas para satisfacerle puntualmente, con el miedo siempre presente de ser derrotada por la sabiduría del portador, también reencarnable y más valiosa que el alma. ¡Menudo lío!
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