viernes, 1 de octubre de 2010

La muerte de los espejos

Están rompiendo espejos y la casa llora porque la dejan sin alma. Sordos artilugios golpean paredes que estallan en cristalitos de punta, aniquilando recuerdos, pulverizada la vida, triturada la muerte. Se cortarán, pienso, mientras siguen rompiendo espejos y las paredes explotan y caen con sus gemidos de almas. Están barriendo espejos y la casa tiembla porque se siente desnuda. Pasa siempre con las mudanzas. Con cada nuevo propietario, más paredes se quedan sin ojos y la casa sin alma.

mirina


4 comentarios:

  1. mirina, yo haría eso, si me mudo a otra casa no quiero que los ojos de otros me miren por los espejos...pero creo que tu relato encierra algo profundo

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  2. Los nuevos inquilinos no usaban espejos, pero a pesar de ello la casa se seguía llenando de recuerdos. Con cada capa de pintura una nueva vida comenzaba, y bajo esta los recuerdos de los anteriores no se borraban, se almacenaban. Cuando derribaron la casona para construir un nuevo edificio, un gran socavón apareció. Tardaron en iniciar la obra, aquel socavón tenía la forma perfecta de un corazón, un corazón lleno de espejos rotos.

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  3. @cormoran¡Qué bonito, cormo, qué bonito! Es para que lo pongas como relato, va por fa, ponlo como relato, es muy bonito.

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  4. @anamariaBueno, yo no había pensado en el punto de vista de los nuevos habitantes, sólo en el de la casa, porque esas paredes de 3 a 5 m con espejos le dan cierta personalidad y porque el ruido, cuando rompen los espejos a martillazos, es un poco escalofriante. Pero sí, es verdad lo que dices. En cuanto a la profundidad, no lo sé, tampoco se me había ocurrido, pero muchas gracias por ambas lecturas, anamaria.

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