Sigue lloviendo
Detengo la lectura:
hay recuerdos que irrumpen de forma caprichosa
y quiebran el sosiego con imposibles presencias.
Sentada frente a mí, tú también lees. Te observo
e inquieto me levanto. Involuntariamente
me evado reconociendo la felicidad
que enmarca cada fotografía. Y pienso:
ya nada más nos une,
tan sólo ese pasado, y que a la vez es tanto!
El viento zarandea los árboles mojados,
regreso la mirada:
reparo en la osadía de una mosca que surca
este silencio gris de octubre en nuestro octubre
"este silencio gris de octubre en nuestro octubre" un final genial para un poema cargado de nostalgia.
ResponderEliminarGracias, Mirina. A veces salen cosas así, sólo a veces.
ResponderEliminarBenditas veces, ;)
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