jueves, 14 de octubre de 2010

¡¡¡Premio!!! (RubiadeBote)

El día que le  tocó la lotería decidió ir  a vivir debajo de un puente. Un lujo que pocos se pueden permitir y una miseria a los que demasiados están abocados. Dejar comida olvidada para que alguna boca sacie su hambre, encender la llama de una hoguera que caliente a todos por igual, oír historias  desgarradas que desvelan el secreto más íntimo de quien las cuenta animado por el tetrabrick de vino , son vivencias que ningún premio lleva incluidas.

Cuando  cobró la lotería, se fue de crucero.

5 comentarios:

  1. Que racano. Podía haber seguido oyendo esas historias sobre la borda del trasatlantico con todos los que estaban bajo del puente, incluido Octavio, el suicida.

    ResponderEliminar
  2. Aunque todos previamente dicen que no les cambiará la vida. La transformación en muchos casos es total, olvidándose por completo de todo lo anteriormente dicho, solo comparable con la amnesia.
    Como siempre, me gusta, Rubia.

    ResponderEliminar
  3. Espero que cuando volviera del crucero se acordara, por lo menos, de llevarles comida y vino a los colegas del puente.
    Me gusta el relato. Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Fueron seis meses de crucero recorriendo todo el mundo. Se relacionó, y ahora es amigo, de lo más granado de la sociedad. Cuando el navío regreso a su origen, colisionó con el pilar de aquel puente, y nunca entendió porque sus compañeros no le ayudaron a ganar la orilla. Había cambiado, No le pudieron reconocer.

    ResponderEliminar
  5. Buena decisión, a saber que le depara el destino, al menos que le quiten lo bailao!!
    A veces pensando, todos decimos: si me toca la lotería hago esto y aquello, lo mejor es irse de crucero, relajarse y pensar que haremos con la suerte olvidando que en realidad es la suerte la que manda
    Como siempre muy bueno Rubia

    ResponderEliminar